Inicio Iglesia De Alá a Jesucristo: Ex- Terrorista Fundamentalista dejó las bombas y se...

De Alá a Jesucristo: Ex- Terrorista Fundamentalista dejó las bombas y se convierte al Cristianismo

A continuación compartiremos una historia impactante, la cual ha cnmovido a todo el mundo cristiano. Una mujer llamada Amanda nació en una familia musulmana bien arraigada a sus creencias religiosas, tal es así que nadie de la familia había abandonado el Islam.

2
Compartir

- Ad -

A continuación compartiremos una historia impactante, la cual ha cnmovido a todo el mundo cristiano. Una mujer llamada Amanda nació en una familia musulmana bien arraigada a sus creencias religiosas, tal es así que nadie de la familia había abandonado el Islam.

- Ad -

Desde muy joven se unió al ejercito producto de la guerra en su país (IRAK), “fue muy fácil para mi el manejar armas, ya que el gobierno no mide edad para convertirnos en asesinos”.

“Me sometí a la formación militar y me convertí en una voluntaria que estaba en la primera línea para morir, ya sabes … hay muchos niños que se convierten en terroristas suicidas, debido a que la religión cree que es honroso la cual enseña que Alá (Madhi) es el verdadero Dios”.

Cansada de la guerra huyo de su país buscando refugio en algun lugar de Europa. Allí comenzó a predicar sobre el Islam y los beneficios de sus creencias.

– Ad –

“Traté de llevar a la gente al Islam porque creía que había grandes recompensas al convertir a otros al Islam, sin embargo, no obtuve ningún resultado favorable”.

“Me di la oportunidad de conocer otras religiones buscando una fe mejor que la mia, más fuerte que mi creencia en el Islam, ya que el Corán no respondió mis preguntas acerca de Dios. Debido a la gracia de Dios pude llegar a Canadá, conocí una iglesia mormona menonita, pero era la misma cosa, ellos no pudieron darme respuestas del Dios que yo buscaba”.

Amanda en su búsqueda recorrió varias religiones, budista, mormones, y en ninguna halló lo que buscaba; hasta que cayó gravemente enferma de su columna.

“Un día era tan fuerte mi dolor que no podía levantarme de la cama. Al flexionar mi cuerpo no soportaba el dolor, recorrí hospitales para que me curaran y era peor la situación. Allí comenzó mi queja y comencé a perder la fe en todo lo que creía y en el Dios que buscaba y no encontraba, gritaba ‘Lo que he hecho en esta vida es hacer el bien a todo el mundo. Mantener mi familia y hacer un montón de cosas con bondad a los demás’”.

“Una vez intenté suicidarme, pero no funcionó. Sin esposo, ni familia, ni hijos. No tengo tiempo para empezar un vida”.

Un día, buscando ayuda para los que haceres del hogar encontré a un hombre de la calle que me invito a una iglesia, entré al lugar y estaban danzando, cantando y realizando una fiesta. Alguien me saludo llegando a la iglesia. Le pregunté: “¿Es esta una iglesia?” “¿Dónde estan las estatuas?, Nunca vi una iglesia como esta antes”.

“Al final del culto, le pedía a Dios: “Señor, no sé tu nombre”, pero te llamo Dios. Señor, ¿es este el final de mi vida?. Si estás allí, entonces muéstrame, y si no existes, entonces todo termina aqui. Yo renunció”.

“Me puse a llorar de rodillas y de repente vi una luz, la luz era tan brillante, tan brillante. Y yo dije: “¿Quién es este? ¿Quién es este? “Y luego dijo:” Yo soy Jesús. Y entonces dije ‘Oh, desde hace muchos años en mi vida he oído ese nombre. Pero fui tan torpe, y resulta que si es tan real. Eres real’. Él dijo:’Yo soy la verdad. Yo soy la verdad’. Y entonces él me tocó. Puso su mano en mi cabeza. Y sentí algo hasta los pies. En ese momento yo no sabía lo que me estaba pasando. En ese momento sólo podía decir: ‘Por favor, perdóname. perdóname por no creer que eres real’.

Cuando abrí mis ojos, había una mujer que me sostenía. No me di cuenta que había gente alrededor de mí en ese momento. Ellos me besaron y me dijeron: “¿Estás bien?”, Le contesté, “Sí. Sí. Entonces ellos dijeron: ‘Es una hermosa sonrisa, y la sonrisa viene de Dios. Entonces dije, ‘lo he visto’. Y luego me ayudó a ponerme de pie. Entonces podía ponerme de pie, y no senti ningún dolor. Y puedo estar de pie. Y desde entonces nunca he estado de nuevo en el hospital.

Anteriormente, cada parte de mi cuerpo me dolía. Ahora tengo una nueva esperanza. Tengo una verdadera vida.

Fuente: Ante el Peligro de apartarse de Dios

- Ad -

Compartir

Comentarios

comentarios